Súplica perspicaz y pertinente

Hace algunos posts anteriores, escribí sobre la "Libertad de expresión". Traté de manifestar en tal artículo mi sentir al respecto de este derecho universal, que en ocasiones se ve oscuramente abusado y otras cuantas oscuramente ausentado. Mi intención no era caer en un criticismo sin lógica. Tan sólo quería transmitir la importancia de opinar, de discutir, de criticar. Mi propósito era socrático.

Como jóvenes que escribimos, creo que tenemos la obligación de criticarnos; es decir, de dialogar sobre nuestros artículos. No es válido que se escriba si no hay una respuesta, pues dentro de la lógica interna de la escritura está implícito el otro. Cuando alguien escribe a fortiori lo hace para otra persona, para suscitar una repuesta. La escritura supone un diálogo: uno que escribe otro que opina. Y esto es lo que nos hace falta en este blog, criticar los artículos de los demás, decir qué pensamos sobre ellos, qué impresiones nos quedan. La función de la comunicación es la comunión, el trabajo en equipo; si nosotros no dialogamos no tenemos un periodismo auténtico y, por tanto, no real.

Sócrates, un gran filósofo griego, fue precisamente quién dio origen a la dialéctica, la cual era un método que pretendía -a través del dialogo sobre las cosas del mundo- llegar a la verdad. El diálogo era el camino. De manera que a nosotros no nos es lícito ausentar nuestros comentarios, y mucho menos si estamos haciendo un trabajo que implica comunicación.

A lo que yo insto, con todo esto, es que a todos aquellos reporteros que entren en este blog dejen al menos un comentario. Las opiniones son las que dan vida a esta página, pues la mantienen real. No sirve de nada publicar algo si no se comenta.

Nota: No siempre las opiniones tienen que ser buenas. Hay críticas que pueden ser malas. La madurez humana no es gratuita.

Abraham Siloé R. P.

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