Iglesia

“La filosofía y la poesía cumplen una función humana igualmente liberadora: la sospecha de que el universo no se limita a ser lo que es. No hay por qué oponer −aunque las hayan opuesto− la filosofía a la poesía, porque en rigor no estamos ante actitudes antitéticas, sino complementarias y convergentes. Filosofía y poesía son dos actitudes igualmente legítimas, sin tener que condenar la filosofía a la poesía o la poesía a la filosofía”(1). Agustín Basave


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Por Hernán Manuel Chávez

¡Oh Iglesia, mi Iglesia!
como me dueles Iglesia
tu fin es orientar al hombre
tu fin es alcanzarle a Dios
¿por qué te afanas entonces
en buscar donde no estoy?

¡Oh Iglesia, mi Iglesia!
de pastores descarriados
olvidados del amor
¿por qué no buscas del hombre
verdadera conversión?

¡Oh Iglesia, mi Iglesia!
¿te has olvidado de Dios?
Él es quien te ha hecho una
Santa, pura, Universal.
Deja el sensacionalismo
busca amar a la Verdad

¡Oh Iglesia, mi Iglesia!
¿piensas en modernidad?
no te olvides que tu fuerza
no viene de humanidad.
Deja actuar en ti mi Espíritu
no busques comodidad
que los hombres necesitan
estar en mí en unidad.

¡Oh Iglesia, mi Iglesia!
tus pastores tantos son
que buscan satisfacciones
mutilando la razón.
no quiero yo tus dineros
pon en mí tu corazón
entonces y sólo entonces
me verás como tu Dios.

1 comentarios:

A NEW BOY HAS COME dijo...

Hola:

Que buen pensamiento, me gustó sobre todo la parte:

"¡Oh Iglesia, mi Iglesia!
de pastores descarriados
olvidados del amor
¿por qué no buscas del hombre
verdadera conversión?"

Eso es para reflexionarse, no digo que todos sean pastores descarriados, pero no humanos, gente soberbia, déspota algunas veces, pero es en nosotros donde radica el cambio, eso que necesitamos para bien y gloria de Dios...

En el párrafo anterior tomo como pastores a cada uno de nosotros, además de los que dedican su vida a la causa. ¿Por qué nosotros?, bueno porque somos pastores en nuestro medio, y muchas veces no nos gusta verlo.

 
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